La atención de los operadores se está desplazando de la situación macroeconómica a la geopolítica, ya que las crecientes tensiones en Oriente Medio podrían tener efectos significativos en los mercados financieros.
Veamos cómo:
Irán, a pesar de las sanciones occidentales, sigue siendo un actor importante, produciendo unos 3 millones de barriles al día, lo que corresponde al 3% del total mundial.
El régimen de Teherán ejerce una influencia significativa en el Estrecho de Ormuz, el punto estratégico más importante del mundo para el comercio de petróleo, por donde pasan diariamente unos 21 millones de barriles, lo que corresponde al 21% del total mundial. Puedes encontrar más información sobre esto AQUÍ.
Ya hemos visto en los últimos meses cómo los hutíes (apoyados por Irán) han sido capaces de crear grandes problemas en el Mar Rojo, atacando barcos de carga occidentales que pasaban por la zona.
El temor es que una guerra entre Irán e Israel pueda impulsar la inflación al alza por dos razones:
Primero, el precio del petróleo podría aumentar, lo que generaría un incremento en los precios de todos los bienes y servicios relacionados con él, y además, si el Mar Rojo volviera a ser una zona de tránsito peligrosa, obligando a los barcos de carga a alargar sus viajes pasando por Sudáfrica, los bienes transportados se volverían más caros debido a los mayores costos de transporte.
En un momento en que los mercados financieros están actualmente respaldados por la perspectiva de una serie de recortes de tipos de interés para finales de 2024 y el próximo año, un nuevo repunte de la inflación causado por una guerra entre Irán e Israel podría obligar a los bancos centrales a cancelar sus planes de recortes de tipos, lo que podría tener un efecto especialmente negativo en los mercados bursátiles.
La dinámica descrita anteriormente representa el peor escenario al que podríamos enfrentarnos en el próximo período, pero dada la escalada a la que estamos asistiendo, podría ser importante estar preparados para cualquier eventualidad.
Más que nunca en este período, recomendamos monitorear el sentimiento del mercado a través de la herramienta del CME llamada FED Watch, que hoy muestra una probabilidad del 67% de un recorte de tipos del 0,25% en la próxima reunión del 7 de noviembre, y un 33% de probabilidad de un recorte mayor, del 0,5%. Para la estabilidad de los mercados bursátiles, es importante que estas probabilidades se mantengan distribuidas de esta manera, porque si, por el contrario, las tensiones en Oriente Medio aumentaran hasta el punto de cancelar la posibilidad de un recorte de tipos el próximo 7 de noviembre, entonces podríamos esperar una fase de debilidad significativa en los mercados bursátiles.
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