Malas noticias para quienes esperaban una FED altamente agresiva en su inminente recorte de tasas de interés. La inflación "subyacente", que excluye elementos volátiles como los alimentos y la energía, aumentó inesperadamente un 0,3% en agosto en comparación con el mes anterior. Este fue el mayor incremento en cuatro meses y un aumento del 3,2% interanual.
Un escenario más favorable surgió de la inflación general, donde los precios al consumidor en Estados Unidos crecieron un 0,2% respecto a julio, según informó el Departamento de Trabajo. Este incremento estuvo en línea con las previsiones de los analistas, después de un aumento similar del 0,2% registrado en el mes anterior.
En términos anuales, la inflación general cayó del 2,9% al 2,5%, el nivel más bajo desde febrero de 2021, superando ligeramente las expectativas que preveían un descenso al 2,6%.
Los precios de la energía cayeron un 0,8% en comparación con el mes anterior, mientras que los precios de los alimentos aumentaron un 0,1%. En términos anuales, los costos energéticos aumentaron un 4%, mientras que los precios de los alimentos subieron un 2,1%.
A la luz de estos datos, Citigroup revisó su previsión para el recorte de tasas de septiembre, reduciéndola de 50 a 25 puntos básicos, ya que la tendencia de la inflación no justifica una reducción más drástica.
Tras la publicación de los datos, el Dow Jones cayó un 1,38%, el S&P 500 un 1,06% y el Nasdaq 100 un 0,75%. Los operadores del mercado esperaban una inflación más moderada para permitir a la FED optar por un recorte de tasas de 50 puntos básicos, pero ahora esa posibilidad parece menos probable.
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